Se termina 2012. Consumo las últimas horas y creo que puedo decir que he agotado al máximo el año. Para lo bueno y para lo malo.
He tenido a menudo la intención (imposible de cumplir) de escribir una larga entrada con cada cosa relevante que hice durante el año. En lugar de eso tengo unas pocas entradas con convocatorias y breves reseñas. Muchos me lo echáis en cara (con razón). No poder escribir en el blog es la punta del iceberg, y quiero hacer algo al respecto, desde luego algo más que esta sencilla nube de tags de mi 2012:
Durante las últimas semanas vengo realizando una pausada retrospectiva de todo. Parte de ello quizá verá la luz en el blog, algo lo reservaré para mis amigos cercanos pero la mayoría me lo guardaré.
Como parte de la retrospectiva, creo que tengo bastante claro qué ha ido bien, qué ha ido menos bien, qué cosas de las que hago quiero hacer más y qué cosas debo dejar de hacer (o debo hacer menos). Respecto a éstas últimas, no hice nada que no mereciera la pena pero tendré que alejarme en algunos frentes para reforzar otros. Hay que saber en qué regiones debe uno colocar sus meeples.
Más allá de las patéticas circunstancias políticas y económicas actuales, mi 2013 promete ser apasionante.