Una de las ventajas de no poder salir de casa, es que puedo ir viendo los cientos de películas que tengo acumuladas. Lástima que según tengo el ojo no pueda estar mucho rato viendo la tele.
Ayer vi Cold Mountain, y lo mejor de la película son sus paisajes, sin desmerecer al resto. Agradezco mucho que una película tenga acción, pero detrás una gran historia. Esta historia lo es. Anthony Minghella vuelve a conmover por momentos, pero sigue sin dar el suficiente ritmo. Le pasó con El Paciente Inglés o El Talento de Mr Ripley y le vuelve a pasar ahora.
Jude Law está llamado a ser el nuevo galán del cine americano, el próximo James Bond, la nueva mega estrella. Yo no le veo llegar tan alto, es un buen actor, pero le falta carisma, le falta enamorar a la cámara y al espectador. Acerca de su papel en esta película, el pobre pasa todo tipo de penurias, sabe sufrir en pantalla. Quizá sufra demasiado, creo que Vassili Zaitsev (su personaje en Enemigo a las Puertas, 2000) le daría tres guantazos si le viese quejarse tanto.
Nicole Kidman me gustó bastante. Bellísima como siempre, trasmite energía en cada toma. Incluso estando desolada, parece que va a dar un puñetazo en la mesa en cualquier momento.
Renée Zellweger sigue sin decirme nada. Me parece tremendamente sosa. Quizá en esta película gane algo en la Versión Original, por aquello de poner voz de paleta. No creo que lo compruebe, tengo otras cosas mejores que ver, e incluso que volver a ver.
Destaco por encima de los demás a Natalie Portman. En sus escasos quince minutos de aparición, se come la pantalla.
Buena película, con las suficientes dosis de entretenimiento, aunque bastante previsible. Le doy un siete.