Hoy he recibido mis dos últimas adquisiciones, dos libros que tenía ganas de comprarme. Uno para completar una colección, y otro porque ardo en deseos de leer.
El Caballero del Jubón Amarillo, de Arturo Pérez-Reverte es el que me faltaba de la serie de Las Aventuras del Capitán Alatriste. Los libros anteriores no me han gustado demasiado, alguno me dejó bastante indiferente, pero en mi insaciable, enloquecido y enfermizo afán bibliófilo no he podido evitar comprarlo para completar la saga.
No sabéis lo bien que me habrían venido esos euros para otras cosas, pero no sabéis lo contento que estoy por gastarmelos en libros.
Arturo Pérez-Reverte
Curtido a fuego tanto en la guerra como en las pasiones, resultaba difícil pensar que por culpa de una hembra el capitán Diego Alatriste expusiera su cuello al filo de la navaja. El antiguo soldado de los Tercios de Flandes tampoco podía intuir el peligro que le acechaba cuando vislumbró en los negros ojos de la actriz María de Castro la promesa de un juego de humedades. Pero bien valía una noche en sus brazos el infierno que estaba por venir, ya que como el mismísimo Francisco de Quevedo le había sentenciado, aquélla era una mujer de a mil ducados el tropezón. Y desde un corral de teatro madrileño, su suerte, junto a la de Íñigo Balboa, había sido echada. Un lance del destino que le condenaba a resolver, a capa y espada, los tambaleantes derroteros de un rey enredado en amores tramposos. En un imperio donde las letras eran de oro, pero donde el Sol comenzaba ya a ocultarse.
El otro es La Sombra del Viento, de Carlos Ruiz Zafón. Un autor que ha vendido su libro como churros especialmente en el extranjero. Algo tremendamente difícil para un autor (en su momento) desconocido y aún poco valorado. Debe ser duro ser un idolo en Alemania, y no ser reconocido como te mereces en tu propio pais. Será aquello del profeta en su tierra. Es el próximo que leeré cuando acabe con uno de los que tengo ahora. Le tengo enormes ganas.
Carlos Ruiz Zafón
En 1945, Daniel, un niño de diez años, camina de la mano de su padre, el librero Sempere, para visitar el Cementerio de los Libros Olvidados, un rincón secreto perdido entre los recovecos sombríos de la Barcelona vieja. En el laberinto de estantes cargados de libros de toda índole y género se agazapa el misterio de lo inconcluso, obras y autores víctimas de la frágil y huidiza memoria, pasto del fracaso. Hay una regla no escrita según la cual en la primera visita, el recién llegado debe escoger un libro para rescatarlo y protegerlo de la desmemoria. Daniel escoge un volumen que lleva por título La Sombra del Viento, firmado por un autor desconocido, un tal Julián Carax.
Sólo algunos libros son capaces de producir esa fascinación inexplicable que se apodera por siempre de una parte de nuestra viuda, una comunión febril e intransferible entre autor y lector. Durante ocho años Daniel llevará a cabo una incansable búsqueda de Julián Carax, escritor de vida evanescente, desaparecido el triste verano del 36. La sombra de Carax llevará la jóven Sempere a resucitar un pasado peligroso, una trama de amores desgraciados, odios y venganzas inmisericordes y verdades jamás desveladas, en la que asoman inquietantes similitudes con la propia existencia de Daniel. Equívocos recovecos llenos de las miserias de la guerra, amores truncados, fatalidad y muerte, donde la pasión por la literatura ejerce de mágico anfitrión.