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LuisGC

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2023-11-01 Vista del Monte Fuji desde el Lago Kawaguchi

(sexto artículo sobre mi viaje a Japón, en los siguientes enlaces podéis leer el resto)

Antes de abordar el post sobre Tokio, voy a escribir uno intermedio sobre dos excursiones que hicimos desde la capital japonesa: una a los alrededores del Monte Fuji y otra a Yokohama.

MONTE FUJI

La excursion a los alrededores del Monte Fuji es una de las pocas cosas que teníamos reservadas con antelación. En lugar de pretender subir, decidimos hacer una excursión de un día para explorar la zona y disfrutar de varias vistas panorámicas del famoso Monte. Se entiende perfectamente la importancia cultural y espiritual del Monte Fuji en Japón, es muy visible desde muchos puntos del país y eso lo convierte en un símbolo nacional muy reconocido.

Salimos muy temprano de Tokio en uno de los primeros Shinkanesen de la mañana para llegar a la estación de Mishima, desde donde tomamos un autobús con guía que nos llevaría a recorrer la zona. El recorrido arrancó en la aldea de Oshino Hakkai, famosa por sus ocho estanques de agua cristalina alimentados por el deshielo del Monte Fuji. Estos estanques son considerados sagrados y ofrecen un paisaje pintoresco con el volcán de fondo. Paseamos por la parte de aldea tradicional que está más preservada, disfrutando de la tranquilidad del lugar, su arquitectura tradicional y admirando las vistas del Monte Fuji que apenas asomaba entre las nubes.

Luego continuamos hasta la Pagoda de Chureito, un monumento conmemorativo de la paz que ofrece una vista icónica del Monte Fuji enmarcado típicamente por cerezos en flor. Aunque en noviembre no había flores, la vista seguía siendo impresionante con un otoño que ya se notaba. Subimos los 400 escalones hasta la pagoda para disfrutar de las vistas panorámicas y tomar algunas fotos memorables, lo más memorables que pudimos ya que todo el recinto estaba lleno de turistas y el Monte Fuji seguía asomando muy tímidamente.

La ruta continuó con varias paradas más o menos cortas incluyendo el Lago Kawaguchi, uno de los cinco lagos que rodean el Monte Fuji y famoso por sus vistas espectaculares del volcán. Tuvimos la suerte de que el día estaba empezando a despejar, lo que nos permitió disfrutar de unas vistas impresionantes del Monte Fuji reflejado en las tranquilas aguas del lago.

Nuestro soleado día se tornó más oscuro en varios sentidos cuando entramos a Aokigahara, el famoso Bosque de los Suicidios situado en la base noroeste del Monte Fuji. Este bosque es conocido por su densa vegetación que el sol apenas atraviesa y su reputación como un lugar donde muchas personas han decidido acabar con sus vidas. Dentro del bosque visitamos la Cueva del Viento, una cueva de hielo natural formada por el agua que se filtra y congela en su interior, creando un ambiente fresco y misterioso, y desde allí fuimos paseando hasta la Cueva del Hielo en la que nuestro guía y conductor nos recogió de nuevo. Caminamos por senderos bien marcados, rodeados de altos árboles y musgo abundante, lo que creó una atmósfera algo inquietante pero también fascinante desde un punto de vista natural.

La perspectiva más despejada del día la tuvimos a orillas del Lago Motosu, otro de los cinco grandes lagos que rodean el Monte Fuji. Desde allí pudimos contemplar el volcán en todo su esplendor, con su cima nevada destacando contra el cielo azul. Fue una oportunidad perfecta para tomar aún más fotografías y disfrutar de la majestuosidad del Monte Fuji en un entorno natural tranquilo.

La última para del tour fue en las Cataratas de Shiraito, una serie de cascadas que caen en finas hebras de agua rodeadas de vegetación exuberante de forma que buena parte del agua cae desde varias alturas de la pared y atravesando la vegetación, ofreciendo un ambiente muy singular, sereno y refrescante. Paseamos por los senderos que rodean las cataratas, disfrutando del sonido del agua y la belleza natural del lugar, apurando los últimos momentos de luz diurna antes de dirigirnos a la estación de Shin Fuji desde la que volveríamos por nuestra cuenta a Tokio.

Oshino Hakkai con el Monte Fuji tras las úncas nubes en todo el cielo
Oshino Hakkai con el Monte Fuji tras las úncas nubes en todo el cielo - CC BY-NC-SA License
La famosa, tal vez demasiado, Pagoda de Chureito
La famosa, tal vez demasiado, Pagoda de Chureito - CC BY-NC-SA License
Un rincón cualquiera de Aokigahara
Un rincón cualquiera de Aokigahara - CC BY-NC-SA License
En las Cataratas de Shiraito
En las Cataratas de Shiraito - CC BY-NC-SA License
Recomendación bonus: Hay varias empresas que hacen este tipo de excursiones, pero nosotros elegimos Excursiones Fujiyama, que ofrece un tour bastante completo por unos 13.000 yenes por persona. El desplazamiento hasta el punto de recogida y el de vuelta a Tokio no están incluidos, pero el trayecto en Shinkansen (o autobús, supongo) desde Tokio no es demasiado caro ni problemático al estar bastante cerca (una ahora aprox). Con el tiempo me acuerdo principalmente de lo bueno y he olvidado lo malo (que lo hubo), pero creo que en general recomendaría esta empresa para hacer la excursión.

YOKOHAMA

Cada 3 de noviembre se celebra el Bunka no Hi (Día de la Cultura), festivo nacional en Japón. Casi todo lo que queríamos visitar en Tokio ese día estaba cerrado pero casualmente casi nada lo estaba en Yokohama, la segunda ciudad más grande de Japón situada a unos 30 km al sur de Tokio, por lo que aprovechamos para hacer una excursión de un día a esta conocida ciudad portuaria.

Yokohama nos recibió con un día soleado y muy despejado, ideal para pasear por sus calles y disfrutar de sus principales atractivos turísticos. Recorrimos la renovada zona portuaria desde donde pudimos contemplar unas vistas espectaculares de la bahía de Tokio y del icónico edificio Landmark Tower, el segundo rascacielos más alto de Japón. Por curiosidad, y para encontrar un caché, recorrimos por arriba y por abajo el terminal marítimo internacional de Osanbashi, una estructura arquitectónica impresionante que combina funcionalidad y diseño moderno.

Nos dirigimos después al Parque Yamashita, un lugar emblemático para los habitantes de Yokohama, donde disfrutamos de un agradable paseo junto al mar. Desde el mismo parque se puede acceder al famoso barco Hikawa Maru, un transatlántico construído en 1930 y visitable como museo desde 2008. El Hikawa Maru cubría la línea de pasajeros Yokohama - Seattle (EEUU), aunque lleva anclado al puerto de Yokohama en 1961. El recorrido por el barco pasa por varias estancias restauradas, incluyendo la sala de máquinas, los camarotes y los lujosos salones de primera clase, ofreciendo una visión muy interesante de la vida a bordo en aquella época.

Terraza superior de la terminal internacional de Osanbashi
Terraza superior de la terminal internacional de Osanbashi - CC BY-NC-SA License
el Hikawa Maru desde el parque Yamashita
el Hikawa Maru desde el parque Yamashita - CC BY-NC-SA License
Simulando conducir el Hikawa Maru
Simulando conducir el Hikawa Maru - CC BY-NC-SA License
Sala de máquinas del Hikawa Maru
Sala de máquinas del Hikawa Maru - CC BY-NC-SA License

Después de visitar el Hikawa Maru llegamos al plato fuerte del día, entrar a la Gundam Factory Yokohama para ver de cerca al famoso robot gigante Gundam RX-78F00, una réplica a tamaño real (es decir, unos 18 metros de alto) del icónico mecha de la serie de anime “Mobile Suit Gundam”. La entrada al recinto incluye el acceso al museo Gundam, donde se exhiben maquetas, arte conceptual y otros objetos relacionados con la franquicia. Además, pudimos disfrutar de una experiencia interactiva que nos permitió aprender más sobre la historia y el diseño del Gundam.

Hasta ahí ya molaría suficiente, pero es que además el robot se mueve. Durante nuestra visita pudimos presenciar varias demostraciones en las que el Gundam (siguiendo unos diálogos en japonés que no pudimos entender pero podíamos medio imaginar) realizaba ciertos movimientos como girar la cabeza, mover los brazos e incluso adoptar diferentes posturas corporales. Ver a este colosal robot en acción fue una experiencia impresionante y única que sin duda quedará grabada en nuestra memoria. Para muestra, un pequeño clip de los muchos que grabé durante la visita:

Después del subidón de adrenalina que nos proporcionó el Gundam, nos dirigimos al Chinatown de Yokohama, el barrio chino más grande de Japón y uno de los más grandes del mundo. Pasear por sus calles llenas de coloridos farolillos rojos, tiendas de souvenirs y restaurantes que ofrecen auténtica comida china fue una experiencia fascinante. Nos quedamos con las ganas de comer, el día ya estaba llegando a su fin y teníamos que volver a Tokio, pero disfrutamos mucho del ambiente y la arquitectura del lugar.

Ver al Gundam RX-78F00 fue increíble
Ver al Gundam RX-78F00 fue increíble - CC BY-NC-SA License
Este mosaico en Yokohama me recordó especialmente a Beijing
Este mosaico en Yokohama me recordó especialmente a Beijing - CC BY-NC-SA License
Templo taoista de Kuan Ti Miao, en Yokohama
Templo taoista de Kuan Ti Miao, en Yokohama - CC BY-NC-SA License
Uno de los muchos dragones de farolillos que había por las calles
Uno de los muchos dragones de farolillos que había por las calles - CC BY-NC-SA License
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